El caso que conmociona a Argentina y en toda Sudamérica nos obliga a reflexionar profundamente.
Estas son las asesinas del pequeño Lucio
Desde hace unos años se ha venido metiendo lentamente a los países una serpiente llamada “ideología de género”, una política impulsada por organismos económicos, organizaciones no gubernamentales dirigidas por personas que se alimentan de lo que dicen repudiar; el odio, sí se alimentan de odio, odio a los varones, odio a las mujeres que defienden la vida, odio a los niños que solo quieren ser niños, odio a conformar parejas heterosexuales, etc. Etc. Otra característica que se ve muy marcada en esta gente es que se victimizan al extremo, diciendo que todo el mundo los discrimina y no sé cuantas falacias más, intentando, mediante la lástima sumar más adeptos a su tilinguería.
Bueno esta serpiente ha envenenado a miles de carcazas humanas que buscan contagiar este veneno al costo que sea. En América latina, Argentina ha sido uno de los países donde más fuerte se sintió este movimiento en el que las mujeres autodenominadas “feministas” han impulsado violentas manifestaciones de odio hacia el varón, han peleado con mucha garra para lograr que se legalice el aborto. Y para colmo, esta política ha obligado la justicia de varios países a hacerse la ciega, sorda y muda cuando la denuncia viene de una mujer.
Es decir, se ha magnificado supremamente el victimismo femenino y no lo digo desde mi punto de vista de varón, sino que lo digo desde mi punto de vista de ser humano, porque desde que estos movimientos empezaron a cobrar fuerza, minimizando los derechos del varón y creyendo todo tipo de barbaries, solo porque una mujer lo estaba diciendo. Y esto se quedó completamente evidente en el caso de Lucio Dupuy, este chiquito que fue asesinado, violado y torturado por una pareja de lesbianas, una de ellas, la mujer que le dio la vida, imagínense y, no le digo que es la mamá porque para ser mamá no basta con parir.
La justicia fue cómplice de esta ideología porque una jueza le dio la custodia a estas lesbianas sin siquiera hacer un peritaje social de dónde lo llevarían a vivir, la mujer esta ni siquiera tenía trabajo y también tenía el antecedente de haberlo abandonado para irse de mochilera. Pero, ambas eran fuertes activistas en estos grupos de patoteras porque eso son, patoteras que odian la vida y odian a los hombres. La jueza prefirió seguir el patrón de darle la razón a las tilingas porque quizás, tuvo miedo del bardo que ambas podrían ocasionar porque estos grupos son terribles, cuando no se salen con la suya queman todo lo que encuentran.
Afortunadamente fueron condenadas, pero eso no le devuelve la vida al pequeño Lucio, pero si de algo sirvió esta tragedia, es para dejar en evidencia el terrible error que se está cometiendo en el mundo al instalar este tipo de tilinguerías. Otro de los comentarios que sonó en los medios tras esta tragedia fue el hecho de que este niño fue asesinado por el simple hecho de ser varón. Una salvajada que no tiene nombre y genera una tremenda impotencia.
Espero de corazón que esta barrabasada jamás llegue a Paraguay y que todas estás tilingas locales que buscan imitar el libertinaje que se apoderó de Argentina; pierdan la fuerza y se desbaraten, quienes por cierto, jamás salieron a opinar siquiera ante el terrible hecho.
Lo mismo habíamos visto en el caso de Jonny Deep, quien fue víctima de la tilinga de su ex quien aprovechó la coyuntura de “creerle todo a la mujer” y eso quedó en evidencia en un juicio. Pero por supuesto, las organizaciones feministas jamás dijeron ni mu y eso que tenían a la ex del actor como una de las REFERENTES. No quiero generalizar, pero cada vez quedan más en evidencia, estas organizaciones están dirigidas por personas mentirosas y manipuladoras, pero sobre todo, terriblemente peligrosas.
Dios nos libre y nos guarde de la serpiente llamada ideología de género.
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