Lo que sucedió en el colegio SEK nos duele en el alma y nos genera una impotencia que no se puede explicar.
El caso del niño del SEK realmente nos duele a todos- Foto Ilustración
Desde ayer en horas de la tarde empecé a recibir mensajes avisándome sobre la manifestación que se estaba preparando para esta mañana frente al colegio SEK, confieso que me preocupé, pero no dimensioné la magnitud del hecho denunciado.
Cuando empecé a escuchar a través de los medios de prensa el relato de la mamá confieso que se me partió el corazón, y más porque yo soy padre de un niño de casi la misma edad que el pequeño que habría sido abusado por estos depravados adolescentes. La impotencia que siento no puedo explicar e imagino que así estamos todos.
No puedo imaginar lo destrozada que debe estar la mamá y ni qué decir el chiquito, a quien le marcaron de por vida. Pero también me puse a pensar en los 4 adolescentes que estarían involucrados y que causaron este daño irreversible a este niñito ¿En qué clase de familias se crían? ¿Qué les habrá pasado por la mente para cometer este hecho tan lamentable?
Se necesitan medidas más drásticas para proteger a los niños de todos los estratos sociales sin diferencia alguna- Foto Ilustración
Sinceramente estamos en una sociedad enferma, mal oliente, podrida en todos los estratos sociales, una sociedad que hoy nos demostró que somos cómplices de muchos hechos que no salen a la luz, pero se sabe a través del famoso ‘vox populi’, y esto se ejemplificó en la acción de los directivos del colegio, el de encubrir a los agresores y obstruir la investigación.
Y esto mismo sucede en muchos casos de abusos, cuando las violaciones se dan en el seno familiar y las propias familias se callan la boca, encubren al agresor y culpan al niño a la niña.
También somos cómplices al ver niños en las calles que son levantados por lujosas camionetas en los semáforos para luego abusarlas quien sabe en qué condiciones, somos cómplices cuando vemos a nuestros niños pidiendo monedas en paupérrimas condiciones. Somos cómplices de todo tipo de abusos que se cometen en contra de nuestros niños.
Creo que, así como nos indignamos ante el caso SEK, así deberíamos indignarnos todos ante la situación de todos los niños de nuestro país, sin distinción de clases, condiciones, color de piel, etnia, o lo que fuera. Un niño, una niña, es un ser inocente que debe ser protegido, protegida, cuidado, cuidada, de todo tipo de peligros.
Así es que cuando digamos con los niños no, no nos olvidemos de aquellos que no tienen voz ni cámaras para denunciar las injusticias a las que son sometidos día a día. Espero también que el Ministerio de la Niñez preste la misma vehemencia a estos casos que estoy mencionando, y de esta manera tratar de sanar mínimamente esta sociedad tan podrida en la que estamos viviendo.
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